
En la web de esta asociación encontraréis información sobre la alta capacidad intelectual. Incluye, entre otras secciones de interés: biografías, un blog para mentes despiertas, enlaces de interés, juegos, curiosidades, becas,...
La alta capacidad y el talento se forman.
La mujer en el tema de las altas capacidades es población de riesgo
Todavía no se han levantado las vallas que digan al talento "de aquí no pasarás".
Se estima en torno al 2% el porcentaje de alumnado de alta capacidad
el objetivo primordial de estos juegos es la adquisición de una adecuada competencia en la dimensión fonética-fonológica del lenguaje, especialmente en la forma, trabajando un aspecto tan importante como es la discriminación auditiva, dentro de un ambiente lúdico y activoSi alguien está interesado en el el material puede solicitármelo por correo, manuel.dorado.perez.ext@juntadeandalucia.es
Partidaria al máximo de los aprendizajes tempranos quiero, no obstante, matizar una cuestión que de toda la vida me ha preocupado, y me preocupa, máxime en los tiempos que corren. Y es que se ha instalado en las familias una especie de estrés colectivo y competitivo que, dislocando el más importante de los objetivos, educar individuos libres, responsables, felices, etc., camina de cara hacia una meta única que conlleva la más absurda e ignorante maratón: Que los hijos aprendan mucho y pronto a costa de lo que sea: clases extras, estudio, tareas, etc. Por supuesto que, hoy más que nunca, la sociedad nos va a exigir individuos instruidos, educados y hasta experimentados en muchas disciplinas pero nada va a acelerar este proceso, largo, muy largo, si forzamos a nuestros hijos, alumnos, a entrar de cabeza en el circuito, cuando aún no les hemos enseñado a dar los primeros pasos. Me contaba una profesora de inglés que, cuando trataba de enseñar los colores básicos a pequeños de tres años, una alumna, repetía enfadada y como autómata: el "achul" no es blue; es "achul"; lo ha dicho mi mamá. La anécdota suscita risa pero, más allá de la conveniencia de los aprendizajes tempranos, hay un casi drama palpable: las prisas no sirven para nada.
El comprender debe preceder al aprender. ¿No habría que empezar por enseñarles que azul no es "achul"? Que sepan, como robot, y cuanto antes y más mejor es lo que importa. Y a la rastra, medio dormidos, sin faltar un día, desde los tres años, a clase, que el tiempo apremia y el vecino sabe y el primo sabe- Creo que hemos perdido muchos nortes y el de la educación, peor que perdido: lo estamos desquiciando con exigencias que han borrado del escenario de la infancia palabras como juego, felicidad, placer por aprender. No estaría de más que, de vez en cuando, repasáramos los derechos de los niños.
VALORES
ISABEL AGÜERA
LAS TAREAS EN CASA, SERIA REFLEXIÓN
Os propongo, padres y maestros, a la vuelta de esta semana vacacional. una sencilla y milenaria regla de tres para que nos aproximemos a la realidad del tiempo que trabajan nuestros hijos y alumnos. Comprobaremos que, con respecto a un trabador de cuarenta años como media y ocho horas diarias de trabajo, a un chico de siete o catorce años, por ejemplo, las horas que le corresponderían oscilarían, respectivamente, entre 1,6h. al de siete u ocho y de 2,8h,. al de trece, catorce. Sí, una seria reflexión merece el hecho de que el horario presencial en las aulas, para los más pequeños es de cinco horas y, para los que se supone mayores, de unas siete aproximadamente. Pero no sería justo concretarnos a tales horarios establecidos, porque nuestros hijos, alumnos, cuando se supone que terminan su jornada laboral, salen de las aulas cargados de trabajos que cada profesor, como si fuera el único, le impone como tarea inapelable.
Y ahí están, encerrados en sus confortables dormitorios, horas y más horas que son un hurto a su legítimo derecho al descanso, recreo, convivencia, hobbies, etc. ¿Qué diríamos si a los mayores, nuestro jefe, al salir de la oficina, por ejemplo, nos entregara una carpeta de tareas para la casa? Siempre he defendido que todo el trabajo que debe hacer un niño de cualquier edad, debe estar contemplado en el horario escolar. Ya sé que me van a llover los comentarios en desacuerdo, pero no puedo sufrir el ver cómo niños hasta de cinco años siguen a cuestas con las dichosas tareas. Otra cosa sería, de cara a los mayores, algún trabajo de investigación en tiempo espaciado, trabajo que los motive, agrupe, exija algún cercano desplazamiento, nuevas tecnologías, etc. Lo de hincar los codos en horas extra, desde mi punto de vista, tan sólo sirve para tenerlos recluidos, pero no imaginemos que progresan más.
La regla de tres no falla, pero a nuestros niños le aplicamos la inversa".