A través del blog Orientación Los Pedroches, he conocido este magnífico material, elaborado en el CEIP Ntra. Sra. de Loreto (Dos Torres, Córdoba, España). Son 99 fichas para trabajar la comprensión lectora, que constituyen un excelente y completo material para trabajar con nuestro alumnado; están diseñadas para trabajar desde el enfoque de las competencias básicas. Las tenéis disponibles en la zona de descarga (materiales de la A a la C) y también desde el siguiente enlace:
Fichas comprensión lectora CEIP Ntra. Sra. de Loreto
Quiero enviar mi felicitación y agradecimiento por su trabajo y generosidad a Rafael González Moreno, autor de este material.
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jueves, 27 de enero de 2011
miércoles, 14 de abril de 2010
Blog de Juan José Caballero (Competencias Básicas)
Mª Alina, del CEIP Los Mochos (Almodóvar del Río, Córdoba, España) nos informa de este blog, administrado por Juan José (profesor de Educación Secundaria, especialista en Educación Física). En su blog podéis encontrar una completa información sobre las competencias básicas, tanto a nivel teórico como práctico, tanto para los niveles de primaria como de secundaria. Echadle un vistazo y seguro que lo encontraréis de gran interés.
lunes, 5 de octubre de 2009
Competencias básicas: pruebas y tareas
He encontrado este blog, dedicado a la temática de las competencias básicas. En él podéis encontrar, entre otras informaciones y materiales, ejemplos de pruebas para evaluar y tareas para desarrollar las competencias básicas, tanto en primaria como en secundaria.
jueves, 18 de junio de 2009
Competenciasbásicas.net
Esta web, del equipo base de competencias básicas de la provincia de Zaragoza, nos ofrece una completa información sobre este tema: documentos, tareas, trabajo por proyectos, enlaces,... Es una página muy completa y recomendable para quien quiera documentarse en este campo.
miércoles, 10 de junio de 2009
Recursos educativos para desarrollar las competencias básicas
El CEPR "Pablo de Olavide" tiene colgadas gran cantidad de actividades en la red para trabajar las competencias básicas a través de tareas. Están clasificadas por áreas, niveles y dificultad.
Es un trabajo considerable que ponen a nuestra disposición con sólo un clic.
Enhorabuena a los compañeros y compañeras que los han desarrollado (y un millón de gracias, por supuesto).
viernes, 24 de abril de 2009
Las competencias básicas: ¿qué hacemos en la escuela?
En estos días no paramos de oír y de hablar sobre las competencias básicas. Tras una aproximación elemental a este concepto la impresión general suele ser (salvo excepciones) de consenso y acuerdo sobre la conveniencia de desarrollarlas en los centros educativos. ¿Quién puede no estar de acuerdo en la necesidad de que el sistema educativo prepare para la vida, para poder desenvolverse en la sociedad y llegar a ser un buen ciudadano?
Llegados a este punto, es inevitable hacerse otra pregunta: ¿estamos preparando a nuestro alumnado para que sean competentes? Veamos:
1.- Para ser competentes hay que ser capaces de aplicar todas las herramientas de que dispone una persona para dar una respuesta adecuada ante una situación real. Pero, ¿se orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia este objetivo? ¿Qué meta se propone el profesorado al impartir sus clases, que aprendan la materia o que les sea de utilidad?
2.- Los contenidos del currículo actual, ¿garantizan formar personas competentes? ¿Sobran algunos contenidos y faltan otros? ¿No es cierto que algunos contenidos sólo tienen como finalidad servir de base para seguir aprendiendo otros de nivel superior, y así sucesivamente...?
3.- Cuando una persona termina su formación académica, supongamos que hasta la obtención de un título universitario, ¿es competente para desarrollar su profesión y manejarse en la vida o tendrá que aprenderlo posteriormente por el método de ensayo-error?
4.- ¿Podríamos decir que ser competentes es equivalente a saber utilizar nuestra capacidad de razonamiento de manera adecuada, además de disponer de un nivel suficiente de conocimientos, destrezas y habilidades? ¿Se centra el sistema educativo en ello? Es decir, las actividades, ejercicios o tareas que proponemos a nuestros alumnos y alumnas, ¿potencian el desarrollo del pensamiento y la inteligencia?
5.- ¿No estamos incidiendo en exceso en la acumulación de contenidos y el almacenaje de conocimientos, en detrimento de otras destrezas, tales como la búsqueda, selección, análisis y uso de los mismos? ¿Quién es más competente, el que tiene más información almacenada en su cerebro, o aquel que es capaz de recabar la información, seleccionarla y organizarla para utilizarla cuando la necesite?
Entonces, ¿podemos seguir haciendo lo mismo en nuestras aulas o habrá que empezar a trabajar de otra manera?
Ahí queda la reflexión para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Llegados a este punto, es inevitable hacerse otra pregunta: ¿estamos preparando a nuestro alumnado para que sean competentes? Veamos:
1.- Para ser competentes hay que ser capaces de aplicar todas las herramientas de que dispone una persona para dar una respuesta adecuada ante una situación real. Pero, ¿se orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia este objetivo? ¿Qué meta se propone el profesorado al impartir sus clases, que aprendan la materia o que les sea de utilidad?
2.- Los contenidos del currículo actual, ¿garantizan formar personas competentes? ¿Sobran algunos contenidos y faltan otros? ¿No es cierto que algunos contenidos sólo tienen como finalidad servir de base para seguir aprendiendo otros de nivel superior, y así sucesivamente...?
3.- Cuando una persona termina su formación académica, supongamos que hasta la obtención de un título universitario, ¿es competente para desarrollar su profesión y manejarse en la vida o tendrá que aprenderlo posteriormente por el método de ensayo-error?
4.- ¿Podríamos decir que ser competentes es equivalente a saber utilizar nuestra capacidad de razonamiento de manera adecuada, además de disponer de un nivel suficiente de conocimientos, destrezas y habilidades? ¿Se centra el sistema educativo en ello? Es decir, las actividades, ejercicios o tareas que proponemos a nuestros alumnos y alumnas, ¿potencian el desarrollo del pensamiento y la inteligencia?
5.- ¿No estamos incidiendo en exceso en la acumulación de contenidos y el almacenaje de conocimientos, en detrimento de otras destrezas, tales como la búsqueda, selección, análisis y uso de los mismos? ¿Quién es más competente, el que tiene más información almacenada en su cerebro, o aquel que es capaz de recabar la información, seleccionarla y organizarla para utilizarla cuando la necesite?
Entonces, ¿podemos seguir haciendo lo mismo en nuestras aulas o habrá que empezar a trabajar de otra manera?
Ahí queda la reflexión para que cada cual saque sus propias conclusiones.
martes, 17 de febrero de 2009
Actiludis
Excelente blog de José Miguel de la Rosa Sánchez (maestro, destinado en el CEIP Dª María Coronel, de Aguilar de la Frontera, Córdoba, España). En él podéis encontrar multitud de recursos para utilizar en nuestras aulas, además de otros para el profesorado (como el manejo de algunas aplicaciones informáticas, materiales para la tutoría, materiales para trabajar los diferentes y tan abundantes eventos y efemérides -que a veces tantos dolores de cabeza nos producen-,fichas para actividades extraescolares y un largo etcétera). ¡Ah! también encontraréis propuestas para trabajar en el marco de las competencias básicas (no dejéis de verlas).
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domingo, 26 de octubre de 2008
Competencias básicas
Desde hace algún tiempo todo el mundo habla de las competencias básicas: hay que desarrollarlas en nuestro alumnado, pero para ello hay que revisar los proyectos educativos de los centros, los proyectos curriculares, las programaciones de aula,... Hay que hacer tantas cosas, que asusta con sólo pensarlo. Creo que la clave de todo está en lo que hacemos en nuestras aulas, los contenidos que trabajamos, las tareas (actividades, ejercicios, o como queramos llamarlas) que les proponemos y lo que esperamos que aprendan (lo que evaluamos). Un vistazo a las pruebas de evaluación de diagnóstico (P.E.D.) que se vienen aplicando en los niveles de 5º de Primaria y 3º E.S.O. puede arrojarnos mucha luz en este asunto. No se trata de acumular contenidos, sino de saber manejar la información, que, por otra parte, en los tiempos que corren, fluye en abundancia y la tenemos al alcance de la mano. Se trata, en definitiva, de enseñar a pensar a nuestro alumnado, si ello es posible, o, cuanto menos, favorecer el desarrollo de su pensamiento. Para ello no podemos seguir consumiendo el tiempo de nuestras clases y el esfuerzo de nuestros alumnos y alumnas en almacenar información en sus cabezas, pues ya no tiene sentido. Tampoco abogo por la demonización de los contenidos y la memoria, sólo quiero decir que estos deben estar al servicio del pensamiento y no al contrario. El fin último del sistema educativo no puede seguir siendo que el alumnado integre en su cabeza una ingente cantidad de contenidos descontextualizados, sino que llegue a ser una persona capaz de desenvolverse en el medio donde vive. Hay que seleccionar entre la propuesta del libro de texto (si es este recurso el que utilizamos) lo que realmente nos sirva a este propósito, liberándonos de la tiranía a que nos somete con demasiada frecuencia. Hay que liberar tiempo para favorecer el desarrollo de las destrezas intelectuales, que en definitiva son las que nos garantizarán la adquisición de las competencias. Si comparamos las actividades que nos proponen los libros de texto con las que nos encontramos en las P.E.D. notaremos que existe un abismo; no podemos extrañarnos luego de los resultados que arrojan estas pruebas.
Ya se están diseñando gran número de actividades (o tareas) que pretenden desarrollar las competencias de nuestro alumnado. Como ejemplo, aquí os dejo esta página, del CEPR Pablo de Olavide, de Prado del Rey (Cádiz), que nos presenta un completo banco de recursos, que incluye un apartado sobre las competencias básicas en primaria bastante ilustrativo (más de sesenta actividades y materiales). Es sólo una muestra, pero seguro que a cualquier docente se le ocurren muchas más.
Es hora de replantearse nuestro trabajo, de considerar qué funciona y qué no y de tomar decisiones en consecuencia.
Ya se están diseñando gran número de actividades (o tareas) que pretenden desarrollar las competencias de nuestro alumnado. Como ejemplo, aquí os dejo esta página, del CEPR Pablo de Olavide, de Prado del Rey (Cádiz), que nos presenta un completo banco de recursos, que incluye un apartado sobre las competencias básicas en primaria bastante ilustrativo (más de sesenta actividades y materiales). Es sólo una muestra, pero seguro que a cualquier docente se le ocurren muchas más.
Es hora de replantearse nuestro trabajo, de considerar qué funciona y qué no y de tomar decisiones en consecuencia.
jueves, 16 de octubre de 2008
Perder el norte
Nuevamente, mi amiga Isabel Agüera, maestra de toda la vida, me envía unas reflexiones sobre la educación de nuestros pequeños, que quiero compartir en este espacio.
Como siempre, Isabel nos hace partícipes de sus consideraciones, avaladas por su enorme talla personal y profesional. Personalmente, comparto sus argumentos y creo que está cargada de razón.
Ahora que todo el mundo habla sobre las competencias básicas, es sin duda un buen momento para replantearnos qué estamos haciendo en nuestros centros educativos. Algunas preguntas (¿los contenidos que trabajamos favorecen la adquisición de las competencias?, ¿la dinámica de las clases es la más adecuada a este fin?, ¿evaluamos bajo el criterio de las competencias?, ¿no estaremos abusando de los contenidos, quizá demasiados y no esenciales?, ¿no es mejor centrarse en lo básico, que dispersar esfuerzos para abarcar más?, ¿no estaremos demasiado condicionados por los libros de texto?, ¿es bueno que las actividades escolares invadan el ámbito familiar en exceso?, ¿tienen los niños tiempo para el aprendizaje natural -juego, relaciones sociales, ...-?,...). Quizá son muchas preguntas, pero lo cierto es que no podemos demorar por más tiempo dar una respuesta y modificar formas de proceder, tomar decisiones necesarias y volver a recuperar el norte.
Gracias, de nuevo, Isabel, por sacudirnos de vez en cuando y seguir luchando por seguir mejorando la educación de nuestros niños y niñas.
Partidaria al máximo de los aprendizajes tempranos quiero, no obstante, matizar una cuestión que de toda la vida me ha preocupado, y me preocupa, máxime en los tiempos que corren. Y es que se ha instalado en las familias una especie de estrés colectivo y competitivo que, dislocando el más importante de los objetivos, educar individuos libres, responsables, felices, etc., camina de cara hacia una meta única que conlleva la más absurda e ignorante maratón: Que los hijos aprendan mucho y pronto a costa de lo que sea: clases extras, estudio, tareas, etc. Por supuesto que, hoy más que nunca, la sociedad nos va a exigir individuos instruidos, educados y hasta experimentados en muchas disciplinas pero nada va a acelerar este proceso, largo, muy largo, si forzamos a nuestros hijos, alumnos, a entrar de cabeza en el circuito, cuando aún no les hemos enseñado a dar los primeros pasos. Me contaba una profesora de inglés que, cuando trataba de enseñar los colores básicos a pequeños de tres años, una alumna, repetía enfadada y como autómata: el "achul" no es blue; es "achul"; lo ha dicho mi mamá. La anécdota suscita risa pero, más allá de la conveniencia de los aprendizajes tempranos, hay un casi drama palpable: las prisas no sirven para nada.
El comprender debe preceder al aprender. ¿No habría que empezar por enseñarles que azul no es "achul"? Que sepan, como robot, y cuanto antes y más mejor es lo que importa. Y a la rastra, medio dormidos, sin faltar un día, desde los tres años, a clase, que el tiempo apremia y el vecino sabe y el primo sabe- Creo que hemos perdido muchos nortes y el de la educación, peor que perdido: lo estamos desquiciando con exigencias que han borrado del escenario de la infancia palabras como juego, felicidad, placer por aprender. No estaría de más que, de vez en cuando, repasáramos los derechos de los niños.
Como siempre, Isabel nos hace partícipes de sus consideraciones, avaladas por su enorme talla personal y profesional. Personalmente, comparto sus argumentos y creo que está cargada de razón.
Ahora que todo el mundo habla sobre las competencias básicas, es sin duda un buen momento para replantearnos qué estamos haciendo en nuestros centros educativos. Algunas preguntas (¿los contenidos que trabajamos favorecen la adquisición de las competencias?, ¿la dinámica de las clases es la más adecuada a este fin?, ¿evaluamos bajo el criterio de las competencias?, ¿no estaremos abusando de los contenidos, quizá demasiados y no esenciales?, ¿no es mejor centrarse en lo básico, que dispersar esfuerzos para abarcar más?, ¿no estaremos demasiado condicionados por los libros de texto?, ¿es bueno que las actividades escolares invadan el ámbito familiar en exceso?, ¿tienen los niños tiempo para el aprendizaje natural -juego, relaciones sociales, ...-?,...). Quizá son muchas preguntas, pero lo cierto es que no podemos demorar por más tiempo dar una respuesta y modificar formas de proceder, tomar decisiones necesarias y volver a recuperar el norte.
Gracias, de nuevo, Isabel, por sacudirnos de vez en cuando y seguir luchando por seguir mejorando la educación de nuestros niños y niñas.
lunes, 26 de mayo de 2008
Competencias básicas en el Aula de Apoyo a la Integración
En este enlace se nos presenta una experiencia educativa (publicada en la revista "Experiencias Escolares") para trabajar en el Aula de Apoyo a la Integración bajo el modelo de las competencias básicas. El desarrollo de competencias básicas se ha convertido en el objetivo último del sistema educativo, siendo asumidas estas a nivel europeo. Se trata de conseguir que el alumno sea capaz de utilizar sus conocimientos, habilidades, emociones, capacidades,... para desenvolverse de manera adecuada en el medio. En definitiva, que el sistema educativo prepare para la vida, que el curriculum sea una herramienta útil para ayudar a los escolares a convertirse en personas competentes.
Creo que es el momento de realizar una seria reflexión sobre lo que se enseña al alumnado en los centros educativos, separar el grano de la paja y centrarnos en lo que realmente es útil para el desarrollo de competencias; ¿de qué sirve llenar las cabezas de los niños y jóvenes de contenidos descontextualizados, muchas veces repetidos en cursos sucesivos, y muchos de los cuales no tienen ninguna utilidad a lo largo de sus vidas? Nuestra sociedad ha evolucionado sobremanera un los últimos veinte años, pero el sistema educativo sigue manteniendo, en muchos casos, unos esquemas de hace un siglo.
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